Individuo, comunidad y educación

Autores/as

  • A. Garmendía de Otaola

DOI:

https://doi.org/10.22550/2174-0909.2252

Resumen

El punto de partida de la educación es la individuali­dad, es decir, en frase de Herbart: "lo que el niño es y lo que tiene". La educación se propone cultivar, transformar la individualidad original en una persona consciente y en un carácter constante. El trabajo educativo no se opone en manera alguna a los rasgos originales, innatos, mien­tras éstos no se enfrenten con el fin superior de la educa­ción; antes bien, los dejará crecer libremente o se servirá de ellos, ya que en ellos reside la fuerza de la individua­lidad. La individualidad no debe ser tratada como una simple «muestra» de la especie humana, sino respetada, conservando cuidadosamente sus peculiaridades. "La edu­cación es el arte de crear y establecer las relaciones natu­rales y artificiales entre una individualidad dada y el mundo exterior, dirigiendo su pensar y su querer hacia la perfección moral" (E. Roehrich).

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Publicado

2025-10-30
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Cómo citar

de Otaola, A. G. (2025). Individuo, comunidad y educación. Revista Española de Pedagogía, 6(23). https://doi.org/10.22550/2174-0909.2252

Número

Sección

Artículo